Generaciones en Crecimiento: Historias desde el corazón de Sol Azul y Sanctuary Oysters

En Sol Azul y Sanctuary Oysters, el mar no es solo nuestro lugar de trabajo, es parte de quienes somos. Detrás de cada ostión está el cuidado, la habilidad y la dedicación de las personas que los cultivan. Muchos de los integrantes de nuestro equipo provienen de familias con lazos profundos con esta labor, llevando adelante valores de resiliencia, responsabilidad y orgullo en su oficio.

Platicamos con algunos de nuestros colaboradores más comprometidos para conocer lo que significa ser parte de una historia generacional en la acuacultura. Estas son sus voces.

Jesús Manuel Rojas Rojas
Operador de Campo – Segunda Generación

Para Jesús, cultivar ostiones es más que un trabajo: es un vínculo con el legado de su padre. “Cuando mi papá trabajaba aquí, todo era muy rústico. Todo tenía que hacerse manualmente, no había equipos automatizados”, recuerda. “Yo todavía era muy joven cuando él me dijo: En el futuro habrá tractores y cribadoras automáticas para llevar el producto del mar a la planta”. Pensé que solo era un cuento, algo de su imaginación. Pero ahora es una realidad. Todo lo que dijo resultó cierto. Para Jesús, lo que distingue a Sol Azul es el respeto y el cuidado que la empresa muestra a sus trabajadores.


“Aquí te dan todo lo que necesitas para trabajar de manera segura. Valoran el esfuerzo que uno pone.”

¿Su momento de mayor orgullo? “Entrar a la empresa y saber que mis padres también trabajaron aquí. Eso me llena de orgullo.”

 

Yoanca Madaí Torres Gallegos
Operadora de Planta – Segunda Generación

La historia de Yoanca es una de determinación y esperanza. Como la hija más joven de una familia que enfrentaba dificultades económicas, ella dio el primer paso.
“Conseguí el trabajo y, cuando vi que mi situación mejoraba, traje a mis papás y hermanos a trabajar aquí también, para que todos pudiéramos construir un mejor futuro juntos.”

¿Su parte favorita de trabajar en Sol Azul?
“El apoyo que la empresa brinda, no solo a los trabajadores, sino también a nuestras familias.”

Su deseo para las futuras generaciones:
“Quiero que tengan la misma dedicación y responsabilidad, el mismo impulso para seguir sus sueños.”

 

Ana Elizabeth Ceja Saucedo
Control de Producción – Segunda Generación

El camino de Ana estuvo profundamente marcado por el esfuerzo de su madre.
“Gracias al esfuerzo de mi mamá, pude terminar mi carrera universitaria y ahora estoy trabajando en mi área profesional.”

Uno de sus primeros recuerdos es haber trabajado durante las vacaciones escolares.
“Cuando estaba en la preparatoria, trabajaba aquí en vacaciones. Después de graduarme, me dieron un puesto relacionado con mi carrera. Ese fue un momento de mucho orgullo.”

Para Ana, hay un valor clave que define a la empresa:
“Aquí no te dan oportunidades solo por ser familia. Tienes que demostrar ímpetu y compromiso.”

 

Zulma Areli Flores Beltrán

Técnica de Vivero de Semillas – Primera Generación

Zulma comenzó a trabajar en Sol Azul por curiosidad, pero pronto descubrió una vocación.
“Cuando empecé, me atrapó el esfuerzo y el trabajo duro. Conforme mis hijas fueron creciendo, ellas también se unieron. Yo les enseñé lo que sabía, y con lo que ganaban pagaron sus estudios. Eligieron carreras diferentes, pero aun así aman el mundo de los ostiones.”

Se siente orgullosa de cómo Sol Azul ha crecido.
“Es una de las mejores fuentes de empleo en nuestra comunidad, y ser un líder en exportaciones es algo digno de orgullo. Tantas manos, tantas generaciones han tocado cada ostión.”

Zulma valora su papel y la responsabilidad que conlleva.
“He podido darles una vida mejor a mis hijos. Cada experiencia ha sido una fuente de orgullo.”

¿Su consejo para la siguiente generación?
“Asuman las responsabilidades con buena actitud, y trabajen siempre con dedicación.”

Un legado vivo

Estas son solo algunas de las voces detrás de los ostiones que cultivamos. De padres a hijos, del trabajo manual a los roles de liderazgo, la labor en Sol Azul y Sanctuary Oysters es un tapiz de progreso, pasión y propósito.

Cada ostión cosechado lleva consigo una historia: de familia, de esfuerzo y de fe en un mañana mejor.

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